Daniel Montemayor estuvo a las 10:00 a.m. en el aeropuerto para recoger a Enrique y llevarlo a casa. Había estado dos semanas solo y estaba bastante aburrido. Aunque de vez en cuando se ponía a jugar ajedrez con Tomás, su mayordomo y se pasaban varias horas jugando. Los viernes, Daniel se iba al Club Ejecutivo donde se reunía con varios amigos con quienes platicaba, comían o cenaban y a veces toman una copa.
Daniel era quién estaba más emocionado por recibir Enrique, hacía tiempo que no lo veía y ya quería hablar con él de hombre a hombre sobre las Empresas “El Águila” que finalmente Enrique dirigiría en su momento.
- ¡Hola, Enrique! - dijo Daniel dando varios pasos para alcanzarlo.
- ¡Hola, abuelo! – dejó sus maletas a un lado Enrique acercándose para darle un fuerte abrazo.
Jo……
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