El heredero celoso

En este capítulo, los celos dejaron de ser intuición y se convirtieron en una orden. Los muros del castillo ya no separan: vigilan. Y aunque Bais intenta mantenerse en su lugar, el destino sigue empujándolo hacia donde no debería mirar. A partir de aquí, cada paso será más peligroso… y cada mirada más difícil de ocultar.Gracias por acompañarnos en esta historia donde los juramentos se rompen, los corazones tiemblan y los dioses observan en silencio.El precio de tocarme