Sentencia de muerte

Caroline

Levanté nuevamente la mirada y ahí está él, a la espera de su nueva esposa. No sé cómo me dejé convencer de mi papá, para mí esto es una estafa, yo no soy la novia, es mi hermana, la cual huyó anoche sin decirnos absolutamente nada.

Quisiera salir corriendo y pensar que todo esto es una horrible pesadilla, una terrible pesadilla de la cual muy pronto me voy a despertar, pero no, esto es la triste realidad.

Si tan sólo mi padre no estuviera enfermo del corazón dejaría todo tirado, sin importarme nada, ni siquiera la suerte de mi hermana. Marie prefirió salvarse a sí misma y dejarnos con todo este problema, porque tan pronto Alex me vea a los ojos, me va querer matar al darse cuenta que yo no soy ella.

Camino con mis pasos lentos llenos de angustia, de terror, no quisiera llegar al altar, yo no lo amo, pero aún así no defraudaré a mi padre, aunque él no lo merezca, este será mi más grande sacrificio de amor hacia él.

—Te hago entrega de mi gran tesoro, espero que sepas apreciarla, y amarla como yo la amo —le dijo mi padre a Alex con su voz temblorosa.

Yo solo espero que esto termine pronto o de lo contrario mi padre y yo caeremos muertos en medio de todos cuando se sepa toda la verdad.

—Señor, usted sabe que esto es un simple negocio así que deje el teatro, al menos conmigo no —le susurró mi querido prometido al oído de mi padre.

Por Dios debo estar loca para seguir en esta farsa, sin tan solo Marie, mi hermana apareciera por esa puerta y tomará el lugar que en realidad le corresponde, todo se solucionaría.

Dirijo mi mirada nuevamente hacia el altar, la misma mirada que se perdió desde que entré a esta iglesia.

—Gracias señor Cárter —le respondió Alex a mi padre, con la sonrisa más cínica que podía existir.

Lo miré de nuevo a los ojos, bueno para ser exacta trataba de mirarlo a los ojos, el velo que me había entregado mi padre era demasiado grueso y apenas lograba ver a través de él, pero tenía dos opciones: tener este velo puesto o dejar que Alex nos descubra antes de dar el sí, solo espero que termine esto ya.

Mis manos temblaban, sin contar que mis piernas estaban hechas gelatina del miedo, de tan solo pensar que nos podía descubrir.

Yo sentía que mi alma en cualquier abandonaría mi cuerpo, pero aún así, tomé la mano de Alex Jones la cual hizo que por todo mi cuerpo pasará una fuerte corriente eléctrica, sé que es producto de mis nervios, los cuales me van a traicionar en cualquier momento, si el sacerdote no da por terminada está gran farsa.

Y como si mis ruegos fueron escuchados el sacerdote empezó la ceremonia, la que a mi parecer duró toda una eternidad.

—¡Ahora puede besar a la novia! —le dijo el sacerdote a Alex y yo sentí como mi cuerpo se heló.

Ni loca puedo besarlo y menos sin amarlo. Es verdad, él es un hombre bastante atractivo, pero no lo amo.

Alex llevó sus manos a mi cara para levantar el velo, no se me ocurrió nada más, tan solo tomar rápidamente su mano y evitar que levantara el velo o de lo contrario estaría perdida.

—¡Espera Alex! No es necesario este circo, ¿Verdad?, no creo que quieras besarme en realidad —le dije.

Él me miró buscando una respuesta, pero aun así terminó por aceptar. La ceremonia terminó y yo cada vez estaba más cerca de mi desgracia, era como caminar hacia mi sentencia de muerte, una en la que me voy a morir lentamente al lado de un hombre que no amo.

Vi como todos salían de la iglesia, excepto mi padre, Alex y una hermosa rubia la cual no le quitaba la mirada de encima a Alex. La verdad sentí que mi alma volvía a mi cuerpo y aunque no eran muchos los invitados no quería arruinar la reputación de Alex y mucho menos la de mi padre. Estaba en juego muchas cosas con este falso matrimonio.

Además que mi padre estaba bastante nervioso y no dejaba de mirar a un hombre que no tenía la mejor expresión en su cara.

Respiré profundo al ver que aquel hombre también se marchó, así de paso mi padre tuvo también tranquilidad o tal vez sean mis nervios que quieren ver cosas en donde no las hay.

—Ya puedes quitarte el velo, no te pienso besar si es lo que estás temiendo —me dijo Alex sacándome de mis pensamientos.

De los nervios mordí mi labio inferior y quise que se abriera un hueco en la mitad de la iglesia y me tragara por completo, ahora sí estoy jodidamente perdida.

—Alex yo no soy la mujer que tú esperabas en el altar —dije.

Después caminé hacia él y me retiré el velo.

—¿Qué es esto?, ¿Esto es una maldita broma verdad?, ¿Dónde está Marie? Usted y yo teníamos un trato y si no lo cumple su hija va a pagar las consecuencias —le dijo Alex a mi padre, completamente furioso al verme directo a la cara.

—Alex déjame explicarte, por favor mi hija no tiene nada que ver —dijo mi padre.

Él trató de explicar lo inexplicable, bueno cómo explicar que la novia huyó un día antes de la boda y yo solo decidí tomar su lugar.

—¿Qué me va a decir?, que está trepadora está usurpando el lugar de su hermana, ya eso lo sé, pero usted viejo inepto ahora mismo va a ir a la cárcel —Alex gritó a mi padre.

—¡No! Alex por favor, no lo hagas, después de todo ustedes firmaron un acuerdo y aquí estoy yo para cumplirlo, así que el trato sigue en pie —le dije a él, tratando de calmar los ánimos,.

Por Dios, ¿por qué las cosas debían pasar de esta manera? pensé una y otra vez.

—Está bien, pero no creas que el dinero que le iba a dar a tu hermana te lo voy a dar a ti, y en cuanto a tu padre, está despedido —dijo él, tan cerca de mi oído, sentí que en cualquier momento caería al suelo de los nervios.

Su mirada era fría, penetrantemente, digna de un hombre despiadado y cruel, un hombre que muy pronto pondría sus garras en mi corazón y lo destrozaría sin piedad alguna, solo espero que todo esto sea solo producto de mis nervios.

Él tenía mucho dinero y podía hacer que en cualquier momento mi mundo quedara de cabeza.

La recepción fue cancelada, la verdad sentí un alivio, no quería disimular felicidad cuando lo único que quiero es tírame a la cama a llorar.

Subí detrás al auto, atrás dejé la mirada de tristeza de mi padre, por más que quiso explicarle a Alex, él no quiso escuchar razones. Y era obvio, a que novio le gustaría que cambien a su novia el día de la boda. Solo espero que todo esto no se convierta en un infierno o de lo contrario no sé si pueda resistir por mucho tiempo.

Miré de reojo y puedo ver la cara de ira que lleva Alex, sus manos aprietan con fuerza el volante y su pie se clava en el acelerador, por lo visto hoy lo que dijo el padre era cierto, juntos hasta la muerte.

—¡Alex! Bájale a la velocidad — le grité.

Al sentir que el auto iba más rápido de lo normal, además no quiero morir, al menos no ahora.

—¿Le tienes miedo a la velocidad?, Eso debiste pensarlo antes de subirte conmigo a mi auto —dijo él.

Vaya por lo visto le encanta la comedia, por lo visto se le olvidó que soy su esposa.

Prefiero cerrar mis ojos, y así pensar que todo esto es solo un sueño, un maldito sueño del cual muy pronto voy a despertar o me van a matar, porque la forma en que conduce Alex es de locos, no sé en dónde sacó su licencia de conducir, es un maldito loco.

Tan pronto Alex estaciona el auto me bajo de él, sin importar que él baje o no, lo único que quiero es quitarme este vestido y salir corriendo de lo que parece va a ser mi infierno.

Camino por inercia hacia la enorme casa, solo espero y pueda poder descansar un poco, claro está si a Alex no se le ocurre pedir más explicaciones.

—¿Ahora sí me vas a explicar, por qué demonios usurpaste el lugar de Marie? —dijo Alex sujetándome fuertemente de mi brazo, vaya que rápido se me fue la ilusión.

—Por supuesto que le explicaré, pero no ahora, solo quiero darme un baño y quitarme este horrible vestido, que representa mi futuro junto a un hombre cruel como usted.

Su mirada se clavaba justo en la mía, una mirada oscura, penetrante.

—Lo siento mucho si a la princesa no le parece, pero te recuerdo solo una cosa, ahora estás bajo mi poder y vas a tener que hacer lo que a mí se me dé la gana, y si estamos de acuerdo en algo, ese es un horrible vestido que no te queda nada bien. —dice él.

Ruedo mis ojos, por lo visto esto va ser la guerra, pero estoy dispuesta a luchar.

—Estás muy equivocado, porqué yo no soy de tu propiedad —le dije a él con firmeza.

Alex me tomó de mi cintura y me acercó a él, haciendo que lo mire directamente a los ojos, puedo sentir su respiración, puedo ver con claridad el color azul de sus ojos.

—La que está equivocada eres tú, ahora vives bajo mi poder y como tal vas hacer lo que a mí se me dé la gana —dijo él.

Lo empuje con gran fuerza haciendo que me soltará, por lo visto esto va ser un maldito infierno, del cual no sé si pueda salir o resistir.

—Está bien, pero solo será por ahora, porque le aseguro que no estaré casada con usted por mucho tiempo, tan pronto mi padre pague la deuda con ustedes, tan pronto pague la deuda que tiene, yo me daré por liberada"—le dije a él mirándolo fijamente.

Alex solo puso una enorme sonrisa en sus labios para acercarse más a mi, tanto así que podía sentir su aroma a tabaco, respiré profundo y lo mire fijamente. Yo no estoy dispuesta a dejarme doblegar, y menos por un prepotente incapaz de tener algo de piedad.

Es cierto que me case por ayudar a mi padre, pero Alex Jones no me va a pisotear cómo le de la gana, trataré de saber cual es el trato al que mi padre llegó y haré una contrapropuesta y así podré liberarme.

—Es mejor que vayas a tu habitación, porque qué crees, no tendremos luna de miel —me dijo él sarcástico.

—Alex, la habitación va ser solo para mí, ¿O me equivoco?" —le pregunté a él.

Porqué lo menos que quiero es dormir al lado de un hombre que no amo.

—Por supuesto, que esperaba la princesita, que hiciéramos el amor enloquecidamente, ¡Usted no me llama la atención! —dijo él, mientras esbozaba una sonrisa en sus labios

No le dije absolutamente nada más, solo quiero descansar y poder dormir durante una eternidad, además así él fuese el último hombre sobre la tierra, nunca me entregaría a él.

Caminé detrás de una joven que me llevó a la que va ser mi habitación, solo espero y sea por poco tiempo, no se si pueda resistir otro día al lado de un idiota cómo Alex Jones.

No pude dormir en toda la noche, por el contrario caminé de lado a lado en la habitación, no se puede negar que es muy hermoso todo el lugar, y es que Alex aparte de egocéntrico tiene buenos gustos, solo que yo quiero abrir un hueco e irme de aquí.

En mis pensamientos solo está Morris, el hombre que amo con todo el corazón, espero que él pueda entender la decisión que tome.