Existe un hilo rojo que une aquellas personas destinadas, el hilo puede estirarse enredarse, pero jamás romperse, este hilo une a dos personas a través del tiempo sin importar las adversidades que lleguen a enfrentar siempre volverán amarse y encontrarse una vez más... Pero quizá, Margaret no está dispuesta aceptar aquel destino que se le fue impuesto, todos tienen uno, pero ella forjará el suyo y decidirá quien se quedará con ella al final. Sin embargo, no todos los finales son felices.
Ella es una mentira envuelta en belleza, atractivo y sensualidad, el valiente que crea que puede lograr conseguir lo que los demás no conseguimos adelante, lo desafío a lograr que esa linda e inteligente chica caiga en sus redes, lo reto a manipularla, a engañarla, a seducirla, a tenerla en sus manos, despertar en ella el mínimo de emociones o siquiera derretir aquel corazón de hielo que tiene. Todo aquel hombre que se crea capaz de enamorar a una mujer segura de sí misma lo invito a participar en la siguiente apuesta. Aquel que logre llevarse a Vanessa Roberts a la cama no solo será reconocido por todos nosotros, sino será acreedor a una suma considerable de dinero, no hay trampas, ni engaños más los que ella pone y dice para poder tenerte en sus manos, ¿Qué ganas? Llevarte a una chica virgen a la cama y demostrarle que el que manda eres tú y no ella. ¿Quién dice yo?
Aleister Silver nunca tuvo una vida fácil, al contrario, desde el momento que nació tuvo que luchar para sobrevivir, su mente solo giraba entorno a peleas, sangre, lucha y como debía proteger a su familia, no había cabida para pensamiento como el amor, el único amor que conocía era aquel que le tenía a sus dos hermanos menores y eso era suficiente para él. Después de quinientos años claro que se enamoro, claro que tuvo un sin fin de novias, conquistas, amoríos y ligues, sufrió decepciones, pero ninguna de las pérdidas lo había devastado como para quitarle el sueño, así que no entendía por qué después de tanto tiempo, ahora se sentía diferente con su mejor amiga, por qué los sentimientos fraternales se habían convertido en algo más, ¿cuándo había dejado de ver a Emily Kedward como una simple niña pequeña de la cual debía cuidar? Ahora la miraba diferente y se odiaba por ello, pues sabía que entre él y ella jamás podría haber nada, debido a que ella estaba enamorada de otro hombre eternamente.
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